1.01.2011

Cortos medianamente entendibles: El pez vela.

Y entonces alguien le dijo: no te daré pescado, mejor te enseño a pescar; y así aprendió a pescar, y cada día atrapaba muchos peces, y se convirtió en su pasatiempo. Un día estaba sentada con los pies en el agua, sudor en la frente, algo distraída, algo ensimismada. Desde la mañana anterior se sentía como esperando algo, como cuando uno siente que algo muy bueno está por pasar, pero no pasa, y está como a la expectativa, como cuando uno no sabe que le regalarán la noche de navidad. Entonces estaba ahí sentada con los pies en el agua, sudor en la frente, algo distraída, algo ensimismada y de un momento a otro se puso de pie y clavó en el lago. Al abrir los ojos debajo del agua vio un pez vela y entonces ella sonrió; no sabía por qué, pero la sensación de espera había pasado, y sus labios sonrieron y supo por qué.Recordó algo que alguna vez escribió en uno de sus cuadernos: Cuando dos se conocen y se gustan, las risas sustituyen a cada momento las palabras.

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